viernes, 4 de enero de 2008

Los tatuajes: una marca ¿para siempre?

Aunque se cree que el tatuaje es una moda de los jóvenes de hoy, realmente es una práctica de hace unos 8000 años; hay evidencias encontradas en cavernas de Portugal, Francia, Rumania, etc., agujas hechas con huesos y diferentes pigmentos.

Pero volviendo a la actualidad, se puede decir que en España los tatuajes aparecieron alrededor de los años sesenta y setenta. Aunque comenzó en las zonas portuarias, donde se tatuaban marineros, a fines de los años setenta y principios de los ochenta, el fenómeno se difundió a las clases medias altas.


Ya en la década del ochenta, ante la aparición de las culturas punk, heavy, rocker, y de otras tribus urbanas, los jóvenes empezaron a interesarse por el tatuaje. Estos no sólo le dan un sentido decorativo, sino también emocional; no obstante para los psicólogos es un índice de inmadurez.

Aunque la mayoría se tatúan con la idea de que perdure en su cuerpo, otros no consideran de que es una marca, casi, eterna. Pero hoy, gracias a los avances de la tecnología, se ha conseguido poder simular o sacar los tatuajes.

Es así que hay varios métodos para quitarlos, sin embargo, con todos éstos se seguirá teniendo uno o incluso una cicatriz. Por lo tanto, si estás pensando en hacerte un tatuaje, lo ideal es que pienses muy bien lo que vas a hacer.

Antes que intentar sacarse el tatuaje, existe la posibilidad de encubrirlo. Por ejemplo, un nombre se puede camuflar con un tatuaje pequeño, para que no se lea más; y si se desea tapar todo el tatuaje, se lo puede cubrir con otro (es más fácil cubrir un color más ligero con uno más oscuro).

Asimismo está la posibilidad de removerlos, pero eso sí, una cicatriz quedará. Los procedimientos más nuevos incluyen: aplicación de cáusticos y cirugía, salabrasión, criocirugía, dermoabrasión, electrocoagulación, láser, radiofrecuencia.

El láser permite penetrar en la piel y destruir las partículas de color; de esta forma, la tinta se fragmenta y se va disolviendo. Para eliminar los tatuajes con esta técnica, son necesarias entre cuatro y seis sesiones, con cuatro semanas de intervalo. El procedimiento, por lo general, requiere anestesia local.

Los resultados obtenidos dependerán del color, extensión, localización y pigmentos del tatuaje. En zonas como el escote o la espalda pueden aparecer cicatrices importantes. Los colores más difíciles de eliminar son los rojos y verdes, y los más sencillos los negros y azules.


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