viernes, 4 de enero de 2008

Un buen desayuno es fundamental para prevenir la obesidad infantil

Todos sabemos que el desayuno es la comida más esencial de la dieta diaria (tanto para adultos como para niños y adolescentes), y lo ideal es que en ella se cubra, al menos, el 25% de las necesidades nutritivas del chico.



Es sumamente importante que los padres le inculquen a sus hijos desayunar, porque quienes no lo hacen pueden tener una disminución de la atención y del rendimiento en la clase, además de tener una predisposición para la obesidad.

Se comprobó que esta enfermedad, considerada por la OMS (Organización Mundial para la Salud) una epidemia global, puede desencadenar en procesos crónicos, como enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, diabetes mellitus, problemas osteoarticulares, entre otros, lo cual la convierte en un importante factor de riesgo en la edad adulta.

Afecta mayormente a niños y adolescentes, y se trata de un síndrome con demostradas consecuencias físicas, psíquicas y sociales. Según estudios epidemiológicos, las causas principales tienen que ver con los cambios en el ambiente y en el estilo de vida, ocurridos en las últimas décadas.

Por ejemplo, el aumento del nivel de vida en los países desarrollados logró, entre otras cosas, que se modificaran los hábitos de conducta de las personas que redujeron su actividad física. Por eso, aunque la obesidad es un trastorno multifactorial, la ingesta excesiva de energía y el sedentarismo se consideran los principales desencadenantes.

En la actualidad los niños y jóvenes comen mucha carne, lácteos y cereales, acompañados con bebidas refrescantes; productos que, junto a los dulces y productos de bollería, son las principales fuentes de grasa en la dieta. Por el contrario, ingieren mucho menos frutas, verduras y pescado, alimentos que son la base de una alimentación sana.

Es importante que el desayuno, el cual puede variar de alimentos, cuente con éstos para que tenga las mejores cualidades nutricionales:

- lácteos (un vaso de leche, un yogur, queso de cualquier modalidad)
- cereales (pan, copos de cereales, galletas, bizcochos, etc.)
- grasas de complemento (en preferencia aceite de oliva, aunque también mantequilla, margarina, etc.)
- frutas (cualquier variedad de estación)-
- zumos (naturales diversos)
- mermeladas, miel y, en ocasiones, jamón u otro tipo de fiambre


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2 comentarios:

Alberto dijo...

Menos mal que ha llegado la wii para que los niños puedan jugar y moverse al mismo tiempo, por algo se empieza

The Blog's Team dijo...

Efectivamente Alberto, al menos la Wii les obliga a hacer ejercicio al mismo tiempo que jeugan, porque con tanta consola, pasan demasiado tiempo mirando la pantalla del televisor o del ordenador.
Saludos y gracias por comentar.

 
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