Si hay algo feo de la adolescencia es el acné. Esos granitos en nuestra cara que hace que usemos flequillo, nos tapemos con el pelo el rostro y hasta, en casos extremos, no queramos salir.
Pero ¿qué es el acné? Se trata de de la inflamación de las glándulas pilosebáceas de la piel, lo cual obstruye sus poros y hace aparecer diferentes lesiones. Por lo general se presenta en la cara y hombros, aunque se puede extender al tronco, brazos y piernas.
Aunque es muy frecuente en los adolescentes, tantos chicas como varones, puede continuar en edades avanzadas.
Las causas pueden ser: cambios hormonales que estimulan las glándulas sebáceas produciendo grasa, cambios hormonales que se dan durante el período menstrual o el embarazo, los producidos por el uso de píldoras de control de la natalidad o el estrés.
A contrario de lo que muchos creen, el acné no aparece por determinados alimentos, como el chocolate, las patatas fritas o el azúcar.
Por suerte es tratable. Existen medicamentos locales, que secan la grasa y/o promueven el peeling de la piel, o antibióticos, como la tetraciclina o la eritromicina. Otro tipo de tratamiento consiste en la administración de cortisona local o inyectada.
También están otros muy eficientes, como el peeling profesional de la piel (químico), la dermoabrasión, o la extracción o drenaje de los quistes.
Asimismo existen algunos tratamientos caseros que pueden disminuir los efectos del acné:
- Limpiar la piel de forma completa con jabón y agua, quitando toda la suciedad o maquillaje. Usar un paño limpio todos los días para prevenir infecciones.
- Hacerse vapor o usar compresas húmedas cálidas para abrir los poros atascados.
- Lavar el pelo con champú por lo menos dos veces por semana, y peinar el pelo hacia atrás para mantener despejada la cara.
- Usar astringentes locales para quitar el exceso de grasa.
- No rascar, tocar o frotar las lesiones, porque pueden aumentar el daño de la piel.
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lunes, 25 de febrero de 2008
Acné: una problemática adolescente
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