Recuerdo mi adolescencia y enseguida me vienen imágenes de mi cuarto. Allí me pasaba el día entero. No me importaba si el mundo se derrumbaba, ahí estaba segura, con mis cosas, mi música, y de vez en cuando con mis amigas.
Y tuve la libertad de tenerlo como realmente quería, lo cual es importante. Los adultos deben tener en claro que el cuarto de un adolescente no tiene nada que ver con la decoración de la casa, sino que es un lugar donde se desarrolla su identidad.
Los expertos aseguran que la habitación expresa la forma de ser de los chicos, demuestra qué cosas le interesan y cuáles no. Aunque los padres sean quienes mantienen la casa, debe saber que la habitación de sus hijos adolescentes es de ellos.
De igual forma, deben tener el control sobre sus vidas, sin reprimirlos, aunque tampoco sin dejarlos hacer todo lo que quieren, el límite debe existir.
Dejándolos hacer con su habitación lo que ellos deciden, es una forma de hacerles entender a los hijos que no se impone la voz paterna en todo, y que se respeta su opinión. Hay que aceptar que los chicos desean tener su propio espacio.
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miércoles, 20 de febrero de 2008
El dormitorio del adolescente: un lugar para respetar
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